El Concepto de Mente en Grupoanálisis

Rachel A. Chejanovsky

Introducción

Existe una larga tradición de investigación en la comprensión del concepto de mente en filosofía, religión, psicología y ciencias cognitivas. En este artículo el concepto de mente será presentado desde el punto de vista de Análisis de Grupo. S. H. Foulkes  (1973, 2003) intentó dar una definición en el espíritu de su teoría y práctica. Afirmó que la mente es una propiedad compartida de los seres humanos. En su opinión, el potencial innato es puesto en operación en relación a cosas y personas, y es estructurado por tales experiencias. Así que

“todo lo que es mental es una cuestión que concierne a más que una persona o cerebro desde el comienzo” (Foulkes, 2003:320).

“Mente”, definiciones

El Diccionario Americano de Oxford define ‘mente’ como la habilidad de ser consciente de cosas y de pensar y razonar, que se origina en el cerebro, como los pensamientos y atención de un individuo, y también como memorias u opiniones. Otra definición de mente en la tradición occidental: se refiere a las complejas facultades involucradas en percibir, considerar, recordar, evaluar y decidir.

La mente, en algún sentido, se refleja en sensaciones, percepciones, memoria, deseos, varias clases de razonamiento, motivos, elecciones, rasgos de la personalidad y el inconsciente (Britannica).

Mente, (en latín: mens, mentis) es definido en español como: 1-potencia intelectual del alma, 2-designio, pensamiento, propósito, voluntad, 3- en Psicología: conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo (Diccionario de la lengua española, RAE-ASALE).

“Mente” en Grupoanálisis

Foulkes, en su Libro, “Introducción a la psicoterapia grupo analítica”, afirmó “que el aspecto social de la conducta humana es un tema básico y central, no algo marginal, o comparativamente superficial, ni una influencia exterior  tardía, adicional o “externa” (1948:15-16). El grupo familiar influye en el núcleo más interno de la mente humana que el niño en desarrollo incorpora en su ego y superego, y así llega a formar su propio núcleo”. Foulkes afirmó aún más: que la

“mente consiste en procesos que interactúan entre un número de personas cercanas llamadas comúnmente grupo”.

Desde su punto de vista, cuando uno grupo de gente entra en relaciones íntimas, crean una red de sucesos mentales entre todos ellos. Estos son ‘procesos transpersonales’, es decir procesos mentales que, como los rayos X en la esfera corporal, van directamente a través de los individuos que componen la ‘red’. Foulkes usualmente se refiere a este nuevo fenómeno que crean, como al ‘contexto del grupo’. Él usó este término en lugar de ‘mente grupal’ que es una definición insatisfactoria. Así,

“la mente no es un objeto que existe, sino una serie de eventos, continuamente en movimiento y cambio”.

El afirmó que los procesos de interacción participan en un campo unificado en el cual cada individuo forma una parte del total (Foulkes, 1973:224).

En un artículo posterior Foulkes (1974:278) pensó que “la verdadera naturaleza de la mente se encuentra en la necesidad de comunicación y recepción de cada individuo”. Relacionó esto con la indispensable necesidad del lenguaje, para asegurar la completa continuidad de la comunicación a nivel humano. Foulkes reconoció que nacemos con la capacidad de adquirir el lenguaje en nuestro cerebro. Pero afirmó que aún cuando los seres humanos piensan por sí mismos en sus propias mentes, “esto es al mismo tiempo una propiedad compartida del grupo, y el individuo se ve forzado a ello, desde el comienzo, por la cultura que lo rodea”.

“El lenguaje es uno de los fenómenos mentales mayores y más significativos, y puede ser mantenido como un fenómeno grupal”.

Foulkes también se refirió al dilema entre mente y cerebro, y estuvo de acuerdo con la idea de Freud que existe un cerebro y también existen “nuestros actos conscientes que son datos inmediatos y no pueden ser mejor  explicados por ningún tipo de descripción”. Y agregó

“nuestro conocimiento de la dependencia completa de nuestros procesos mentales sobre fuentes físicas, y en especial sobre procesos mentales que tienen lugar en el cerebro humano, no explica, de ninguna manera, el fenómeno de la mente” (Foulkes, 2003:317).

Cuando Foulkes enlazó el tema de mente y cuerpo, aceptó

“que una de las fuentes de nuestra vida mental se basa, sin lugar a dudas, en la totalidad de los ingredientes heredados; nos sentimos fundamentalmente bien o no-tan-bien en nuestra piel, de acuerdo a los genes que hemos heredado. Igualmente, perturbaciones somáticas, oscilaciones y etapas de toda clase, influyen continuamente el tono básico de cómo nos sentimos dentro de nosotros mismos y en el mundo. Ésta, nuestra ‘naturaleza’, forma el núcleo de nuestro verdadero yo, nunca repetido del mismo modo. Cuando vivimos con este Yo en armonía y realizamos su potencial total, sentimos ‘este soy verdaderamente Yo’” (2003:318).

Foulkes creó una distinción entre lo que las creencias religiosas dicen y lo que es la mente desde un enfoque científico que no “cuestiona que la mente es idéntica con la vida, con vivir, y que sus energías dependen completamente del cuerpo, o que los procesos corporales son inseparables de ellos; así que lo que nombramos abstractamente “mente”, concluye con la muerte del individuo (Foulkes, 2003:317).

Desde un punto de vista terapéutico, Foulkes cuestionó la idea de una mente individual basándose en la idea que la patología del paciente es sostenida por la red social. Cuando el paciente comienza a cambiar, el equilibrio total de la red resulta amenazado. Aceptar esta posición requiere, por parte de la comunidad de la que los pacientes vienen, una mayor aceptación de responsabilidad. Foulkes sostiene que hay un interés defensivo en conservar la mente individual (Foulkes , 1973:225).

Autores posteriores (de Maré y Schollberger, 2004) escribieron acerca de la mente, que clínicamente desempeña un rol primario en terapia (2004:339). Ellos desarrollaron su posición a partir de Aristoteles, que estableció la diferenciación mente-cuerpo. Discreparon con Foulkes que escribió que la mente consiste en experiencias completamente condicionadas social y culturalmente (2003:318), ya que para ellos

“la mente piensa, y no está completamente condicionada, lo que denotaría pasividad, cuando en realidad la mente es la esencia de la actividad en la resolución …de discrepancias” (2004:341).

De Maré y Schollberger sugirieron que “la mente comienza como una reacción (respuesta) al violento y revolucionario estrés del nacimiento mismo”. Ellos concluyeron diciendo que “la mente es la mente explícitamente central, única y elemental, no secundaria” (2004:342), “el último a priori” (2004:345).

“La mente comienza donde la materia se detiene, no como una extensión lineal , o un epifenómeno sino como un completo giro que refleja la materia” (de Maré y Schollberger, 2004:343). “Es imperativo que diferenciemos entre lo reflejado y el proceso de reflexionar”.

Como ejemplo:

“la presencia del cerebro está en aguda contraposición a la presencia abstracta de la mente, que implica la relación de uno o más cerebros” (Schollberger, 2009:291).

Ellos propusieron una triada que

“consiste de una dualidad cuerpo-mente seguida de una relación entre las diadas el cual es un proceso dialéctico, y la protección- conservación- preservación de la Mente” (2004:345).

La Mente es el tercero; es el “proceso específico de reflexión, desenredo, elección, significado, enfoque, cuidado, gracia y  belleza. La mente es sin duda activa- no simplemente un proceso de reflejo plano, sino un enfoque deliberado y consciente sobre el mundo” (346).

“Como una Rosa es una Rosa, una Mente es una Mente. No ha sido probada, pero es indudable! La mente introduce una mini- filosofía única crucial a toda filosofía de la cual la psicoterapia es de por sí responsable” (346).

Ellos declararon que

“la mente personal es primaria…no tiene vocación, siendo un puro proceso de desenredo nuevo o creativo, como las matemáticas, pero mucho más dinámico” (de Mare y Schollberger, 2004:347).

“En este mundo en el que vivimos, hay una cierta y extraña cualidad cuyo significado, es a menudo negado, considerado como aleatorio, algo que ocurre al azar …Es ese o aquel algo el que abre a toda la imaginación posible, con total libertad, que nos lleva del pesimismo al optimismo, que, dado que no nos oprime, nos alivia de la depresión” (de Mare y Schollberger, 2004:347).

El desacuerdo entre ellos y Foulkes puede ser explicado en lo siguiente:

“la mutua interacción entre lo social y lo personal es altamente significativa, dado que esta interacción constituye la base de la consciencia: mientras la sociedad forma la mente sin que la mente esté inicialmente consciente de lo que sucede; de la misma manera, la mente transforma la sociedad de tal modo que la sociedad está en un comienzo, totalmente inconsciente. El desarrollo de la consciencia es gradual” (de Mare y Schollberger, 2004:348).

Comprendo que de Mare y Schollberger se refieren a las producciones de la mente. La mente es como un espacio libre donde se le puede dar forma a contenidos externos e internos en completa libertad. Ellos expresan que

“los grupos no piensan; esto sucede solamente cuando una mente única se encuentra con otras mentes, son sus reflexiones lo que es compartido. La mente misma permanece clara para poder funcionar libremente y desenredar, hacer elecciones y llegar a decisiones. El grupo tal cual es un agente pasivo, mientras que la mente es activa; la consciencia, por lo tanto, no es de ninguna manera sinónimo de mente, ya que solo es un “el reflejo de una reacción “(mirror reaction) (2004:348).

“Hablando estrictamente, la mente del grupo es la cultura del grupo porque el grupo no piensa, solo la mente toma cuidados-se preocupa, ama, tiene visiones y toma decisiones. De Mare afirma “no hay duda alguna sobre la singularidad de cada persona” ( Schollberger, 2009:292).

Blackwell resumió el tema escribiendo que

“la mente no es definible, aunque parezca ser también inmanente y también trascendente. Lo más importante es que es activada a través del contacto con el otro” (2008:36).

La mente y la matriz

Por ‘matriz’ se entiende una red psíquica de comunicación que es la propiedad conjunta del grupo, no solamente interpersonal, también transpersonal” (Foulkes, 1965).

Foulkes pensó que hasta un grupo de completos extraños, siendo de la misma especie, y más estrechamente, de la misma cultura, comparten una matriz mental fundamental (foundation matrix). Si los miembros tienen relaciones cercanas e intercambios íntimos, esto transforma la matriz en una matriz dinámica en continuo movimiento y desarrollo (1973:228).

Conclusión

Foulkes nos presenta con una idea revolucionaria: que la mente es un fenómeno totalmente social, creada primeramente en el seno de la familia, y desarrollada en la sociedad. Y que es un fenómeno dinámico, en continuo movimiento y desarrollo.

de Mare y Schollberger postulan que la mente es completamente personal, y que encuentra expresión en el grupo o la sociedad.

A pesar de las diferencias en las posiciones, encuentro también afinidades, y en ese aspecto concuerdo con Blackwell en que la mente es activada a través del contacto con el otro.

Mi personal agradecimiento a Carmen O’Leary por su significativa ayuda en la traducción de este artículo.

Referencias

Blackwell, D. (2008). Mind in relation: Commentary on Patrick de Mare and Roberto Schollberger’s ‘An Apologia for the Human Mind’. Group Analysis, 41(1): 34-39.

de Mare P. and Schollberger R. (2004) ‘A Case for Mind’. Group Analysis, 37(3): 339- 352.

Foulkes, S.H. (1948). The Individual as a Whole in a Total Situation in: Introduction to Group Analytic Psychotherapy . pp: 1-16. London: Heinemann Medical Books Ltd.

Foulkes S.H. (1965). New Psychoanalytic Contributions to Interpersonal Dynamics: Theoretical Considerations and Applications in Group Analysis. Lecture given at the Hebrew University in Jerusalem, Israel.

Foulkes S. H. (1973). ‘The Group as Matrix of the Individual’s Mental Life’, in L. R. Wollberg and E. K. Schwartz (eds), Group Therapy, pp. 223-233. New York: Intercontinental Medical Book Corporation.

Foulkes S. H., (1974). ‘My Philosophy in Psychotherapy’ in E. Foulkes (ed), Selected Papers of S. H. Foulkes, pp. 271-280. London1990: Karnac Books.

Foulkes, S. H. (2003). ‘Mind’. Group Analysis, 36(3): 315-321.

Schöllberger, R.(2009). “Group Analysis and the Concept of the Mind”. Group Analysis, 42(3): 290-294.

Rachel A. Chejanovsky
rachelabramowicz@gmail.com